En un mundo dominado por el consumismo, por bienes materiales que producen un placer únicamente momentáneo y sistemas políticos que siguen el mismo régimen que las sectas, nos encontramos con la llamada especie humana. Nos definimos como animales inteligentes, únicos con capacidad de razonar y poseedores de lenguaje avanzado, discrepo, narcisistas hasta puntos inimaginables y con una personalidad totalmente nula. Somos parecidos, con perdón de la comparación pero necesario para su explicación, a un rebaño de obejas que siguen a un pastor, siendo realmente este una persona con capacidades sorprendentes para conseguir que ineptos como nosotros pensemos que este mundo, que lo calificaremos como supuestamente justo pueda avanzar hasta algo mejor. La pura verdad es que nos guiamos por lo que más nos combiene o por lo que es social o políticamente correctos no por intereses comunes, de hecho actualmente en un supuesto mundo avanzado en ciertas zonas nos importa mucho más lo que digas los demás que lo que nosotros pensamos que está bien o es bueno. Grandes pensadores y por ello personas dignas de ser "pastores" de este gran rebaño denominado humanidad no fueron más que otros hipócritas que creyeron que cambiar el mundo sería llevar la contraria a todos aquellos valores y normas establecidos hasta el momento, la política moral al igual que las modas es totalmente pasajero y cierto, innovador. Pero nunca conseguiremos que las guerras acaben o el hambre cese guiándonos por la última...digamos moda. Quiero felicitar desde aquí a todos aquellos que se autodefinen como seres lógicos debido a que gracias a ellos y a sus adeptos el mundo acabará, mucho peor de lo que comenzó.
Todos somos hipócritas por alguna razón y en algún momento puntual, y quien se atreva a negar este hecho es que lo es aun más, que el resto del rebaño.
